Combalia es uno de los fundadores del cluster LCB Leather Clúster Barcelona, sede en nuestra ciudad natal Igualada. Un clúster productivo y formativo renovado tecnológicamente y con una visión de futuro para seguir innovando. Los curtidores asociados operan y se organizan para impactar en el medio ambiente y en el territorio.

El curtido vegetal es una curtición que utiliza productos de origen vegetal, los taninos. Se obtienen de la corteza, la madera, las hojas y los frutos del castaño, quebracho, mimosa, entre otros, que aportan de forma natural los componentes necesarios para el curtido de la piel. En definitiva el método de curtición con el menor impacto ambiental.

El tratamiento de nuestras pieles se realiza mediante curtición vegetal, libre de metales pesados. El proceso productivo repeta los preceptos de sostenibilidad y circularidad. El subproducto de los distintos pasos del proceso se convierte en materia prima para otros proveedores.

La piel en bruto es un subproducto de la industria agroalimentaria. Somos un punto clave en la correcta gestión y revalorización de este versátil y natural subproducto. Actualmente se evita, gracias a la acción de los curtidores, que terminen en un vertedero unos 10 millones de toneladas de piel en total por año.

Las pieles son de origen orgánico animal. Al ser curtidas con extractos vegetales, se convierten al final de su vida útil en un cuero “crust”. Un producto compostable.

Respectuosos con el entorno, nos exigimos la reducción del impacto medioambiental, con la minimización de emisiones y la correcta gestión del subproducto generado por nuestro proceso en la planta de producción. Combalia se rige por las normas Europeas para garantizar la protección de la salud humana, la conservación de las especies animales y vegetales, la protección del paisaje y el patrimonio arquitectónico del territorio. Combalia se somete a una verificación periódica del cumplimiento de la legislación ambiental y de los criterios de calidad.

Nuestro oficio es de tradición artesanal pero tiene presentes e integrados los principios de la economía circular. Los retos de los objetivos de desarrollo sostenible se convierten en una nueva oportunidad con un trabajo colaborativo para dar un paso más allá en el aprovechamiento de los coproductos, optimizando nuestras estructuras productivas con la aplicación de tecnología, materiales más sostenibles y la innovación.